La norma que gatilló la pérdida contable de casi US$ 1.000 millones de Banco Itaú
La aplicación de la Norma Internacional de Contabilidad NIC 36 sobre deterioro de activos provocó la acción de la entidad financiera, debido al menor goodwill en Chile, afectado principalmente por la incertidumbre económica.
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El viernes fue un día de reuniones virtuales y llamados telefónicos en Banco Itaú Chile. La información que reveló el jueves a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) sobre el reconocimiento de una pérdida contable de US$ 930 millones encendió las alarmas en el mercado.
Por ello, el CEO de la entidad, Gabriel Moura convocó a primera hora a una reunión con analistas que cubren al banco para explicar lo informado al regulador, despejando cualquier duda sobre un efecto en la liquidez y la solvencia del banco.
El control de daños también se hizo a nivel gerencial y ejecutivos de cuenta. Incluso, Moura envió un correo interno a los trabajadores para aquietar las aguas.
"Contamos con ustedes para transmitir con claridad este mensaje y seguir avanzando con foco en construir un mejor banco, que busca crecer con rentabilidad, poniendo al cliente en el centro de nuestras decisiones, digitalizando y simplificando nuestra gestión".
La NIC 36
El jueves, Itaú había explicado a la CMF que las pérdidas contables obedecían al deterioro de la plusvalía (goodwill) en Chile, principalmente por el estado de la economía al 30 de junio de 2020, la valorización de mercado del banco, las tasas de descuento aplicables y otros cambios causados por la incertidumbre en la situación macroeconómica.
El reconocimiento de este perjuicio fue gatillado por la Norma Internacional de Contabilidad Nº 36 sobre deterioro de activos, más conocida como NIC 36. Su objetivo consiste en establecer los procedimientos que aplicará una empresa para asegurar que el valor de sus activos no supere el valor que puede recuperar de los mismos.
El socio de Valtin Capital, Javier Vergara, explica que las normativas contables internacionales exigen que las compañías realicen pruebas anuales para determinar que el goodwill que se generó por la fusión o compra de otra firma es recuperable, como ocurrió con Itaú Chile y Corpbanca en 2014.
Agrega que para eso, se debe calcular el valor de las compañías compradas y compararlo con los valores libros de la sociedad más el goodwill asociado. Si el valor es menor, se debe aplicar el "deterioro" a dicha inversión; y de esta forma afectar la utilidad del período.
"La evidencia empírica muestra que el principal factor que obliga a las compañías a realizar deterioros de sus inversiones es la sobreestimación del crecimiento futuro de la empresa que se compra; y, por lo tanto, un gran optimismo, por no decir error, de las administraciones y accionistas de la empresa que compra", dice.
El goodwill de Itaú Chile
Según Vergara, el perjuicio contable de Itaú Chile es "uno de los mayores deterioros en la historia corporativa chilena y ha generado inquietud en los inversionistas sobre los potenciales impactos de esta medida".
El especialista concluye que la razón del detrimento de sus goodwills en Colombia y Chile se da por el sobreprecio pagado por dichos negocios, una vez que fueron adquiridos a CorpGroup, -holding ligado al empresario Álvaro Saieh-, y las proyecciones originales "muy optimistas del potencial crecimiento futuro de los bancos adquiridos".
En línea con lo aclarado por Itaú, Vergara indica que la pérdida contable no tiene un efecto en la liquidez ni en el capital del banco, aunque sí tendrá un efecto en la utilidad del año y el dividendo que puedan recibir sus accionistas.
El rol de los reguladores
Consultada la CMF indicó que "mantiene contactos permanentes y monitoreo cercano con los bancos fiscalizados y en particular ante una entrega de información. Respecto de la información reportada por Itaú Corpbanca, ésta no tiene impacto sobre la solvencia del banco, medida en su indicador de adecuación de capital".
A nivel internacional, en abril Itaú había advertido que esta situación podría generarse a la Securities and Exchange Commission (SEC), que lo supervisa debido a la emisión de ADR.
El banco lo incluyó como uno de los posibles riesgos a los que está sujeto. "Las actuales sinergías de ingresos, el ahorro de costos, las oportunidades de crecimiento y la eficiencia y los beneficios operativos resultantes de la fusión pueden ser menores y tomar más tiempo de lo que Itaú Corpbanca espera actualmente. Por lo tanto, si los beneficios de la fusión no son los esperados, es posible que se nos solicite registrar pérdidas por deterioro del valor en libros (incluido el goodwill) del negocio adquirido, lo que puede tener un efecto material adverso en nuestra condición financiera y resultados de operaciones", dijo Itaú a la SEC en su informe anual tipo 20-F.